La Odisea

Así como la Ilíada presenta a la Grecia heroica en su lucha con los habitantes de Trood, la Odisea describe el tiempo de paz, calma y aventura que siguió al final de la guerra, contando el drama local y una serie de fascinantes y fascinantes aventuras. Juntas, las dos epopeyas constituyen el panorama más completo, el eco más fiel de los primeros tiempos históricos de la raza griega y contienen ejemplos de heroísmo, amor patriótico, fidelidad marital, respeto a los mayores, amabilidad al abrazar a un peregrino, amistad, etc. Se ha dicho con razón que toda la poesía de Homero es un elogio de la virtud, con la excepción del apéndice puro. Y Aristóteles ya había notado lo simple que era el tema de la Odisea: el regreso de Ulises a su tierra natal, después de una larga peregrinación y la lucha con las tormentas por el odio que Neptuno le reclama (esta larga ausencia del héroe motiva el viaje que Telémaco hace a Pylos y Esparta), y la venganza de los que se instalaron en su casa, intentan casarse con Penélope y tratan de matarlo. Pero en la narración, el poeta no sigue un orden cronológico, como en la Ilíada, sino in medias res, non secus ac notes, auditorem rapit, pone en boca del protagonista lo sucedido desde que Ulises y su familia partieron. en Troya hasta que el héroe llega a Calipso, es precisamente la parte más extraordinaria de sus aventuras.